Con propósito.

NOTA DEL ADMINISTRADOR-EDITOR DEL BLOG

Imagen de la cabecera: Fragmento del cuadro de Mariano Carabias: "Mi madre" (retrato de nuestra madre. AQUÍ podéis verlo en su blog)

Este blog nace enlazado al resto de mis blogs, pero quiere ser el espacio donde se ordene todo lo referente a este poemario. Iré subiendo, a medida que se produzcan y conozca, las reseñas o noticias que se generen a su alrededor. Por tanto, como es obvio, su recorrido es corto; pero no me importa.
Si alguien lee el poemario y me remite su comentario de lectura del mismo, lo subiré al blog tal cual, como una entrada más. Y esto con independencia de que tenga o no su propio blog. De algún modo pretendo que sea la página del lector.
Ya sé que es una pretensión muy elevada por mi parte, pero por soñar que no quede.
Gracias de antemano.

jueves, 24 de enero de 2013

¿Cómo afrontar un nuevo día? Por Isolda Wagner

PUBLICADO EN "PAVESAS Y CENIZAS" EL 24 DE ENERO DE 2013


ESTE RESEÑA DE "QUIZÁ UN MARTES DE OTOÑO" SE DEBE AL CARIÑO DE ISOLDA, NUESTRA ISOLDA. AUNQUE EL PUDOR ES INMENSO NO PUEDO NEGARLE ESTA PÁGINA.
GRACIAS EMOCIONADAS



Imagen extraída de "La Esfera Cultural"


¿Cómo afrontar un nuevo día, cuando sientes que una ola te ha revolcado y sales del agua temblando ante el enorme poder del mar?
Esto es lo es que hace Amando Carabias en “Quizá un martes de otoño” de Urania Ediciones. En la Biblioteca Pública, que tanto ha significado para el autor, le acompañaron, entre otros, la editora, Amelia Díaz Benlliure y su amigo y poeta Norberto García Herranz. Su presentación merece capítulo aparte y no seré yo quien la escriba.
Vuelvo al libro. A veces una palabra, un gesto, determina una nueva etapa.
El poeta despierta de lo que cree una pesadilla; todavía es capaz de amar a quien comparte su lecho.
Pero no es un sueño y se planta frente al espejo y reflexiona. Se le agolpan los porqués y los cuándos y es entonces, de buena mañana, cuando empieza a versar lo que siente. “Este pánico en flor que me ha brotado de madrugada”
Hora tras hora, (recordando al clásico) mezcla sentimientos desconocidos para él con la vida diaria, que debe continuar.
Cada poema encierra las dudas del porvenir y la certeza que adivina. La palabra escritas son su salvación,  su delicado estilo, sus metáforas tan especiales y esos vocablos únicos y propios de Amando.
Se asusta, ¿cómo no? “Intuyo los secretos de una soga ciñendo la garganta del futuro como sombra invernal, acero nítido donde la luz desaparece y calla.”
No olvida, las injusticias que nos rodean hace ya tanto tiempo. “... como un hacha se clava en mi cabeza, una interrogación llena de rabia, ¿por qué no reclamamos que su exclusivo afán sea el servicio a quienes deambulamos el planeta?
Las horas pasan y se deslizan hermosísimos poemas de amor carnal “¿Podrá entender la dama sin médula y sin piel mi desnudez ahíta sepultada en el mar coral de tus entrañas, después de verme llanto tras esa cuchillada que ha vuelto mis latidos negra arena de sangre?
Utiliza todo tipo de versos. Sus endecasílabos tan propios; alejandrinos y, en esta ocasión, manriqueños que quisieran enlazar con su sentir.
Emplea también su excelente prosa poética en algún caso.
Y termina con un “grito en contra del hambre, versos que a ti conduzcan, invisible latido de tu aliento, aunque no existan versos contra el desasosiego, ni siquiera existan hoy quizá un martes de otoño.’
Un poemario; un día completo, lleno de sensibilidad en cada recoveco y donde brillan, tal vez como nunca, sus metáforas.
Es un placer saborearlo de principio a fin con sus horas felices y sus desventuras. Nada de lo que pueda decir, suplirá lo que sienta cada uno de vosotros.
Hoy escribo estas líneas, como amiga; como quien ha desmenuzado cada estrofa; como lectora, pero sobre todo, para agradecer a Amando su confianza en mí. Nunca olvidaré el poema que me regaló hace un tiempo y que podéis ver AQUÍ
Así tenéis un poema extra.
Isolda Wagner


_______________________________________

NOTA DEL AUTOR:
Aún no puedo hacer la pequeña crónica de la presentación. Otros gratos menesteres me reclaman. Sirva esta foto como prueba de que el acto se celebró y que todo salió como mínimo, a las mil maravillas.
Especialísimo agradecimiento a Norberto por la presentación que hizo del libro. Un lujo que pronto compartiré con todos.

Norberto (i) lee, Amelia (d) escucha y sonríe, Amando (c) pues eso, en la  nube
(Foto Mónica Serra)
(Gracias a la biobleta de Segovia por todas las facilidades) 


1 comentario:

Ana J. dijo...

Querida Isolda: me ha conmovido tu interpretación de "Quizá un martes de otoño". Gracias por la luz y el sentimiento que arrojas sobre esta obra de Amando, tan singular.
Un abrazo fuerte